26 de agosto de 2009

La gente rica dice “yo creo mi vida.” La gente pobre dice que “la vida es así.” 4/4

Los Secretos de la Mente Millonaria En su libro Los Secretos de la Mente Millonaria, T. Harv Eker expone diecisiete formas en que las personas prósperas actúan de forma diferente a la gente pobre o de clase media.

En su primera clave, el autor expone que, para poder crear riqueza, es imprescindible que creas que estás al volante de tu propia vida, especialmente de tus finanzas. Si no lo crees, lo que estás afirmando es que tienes poco o ningún control sobre tu vida, y por lo tanto tienes poco o ningún control sobre tu prosperidad financiera. Esa no es una actitud propia de alguien rico.

¿Alguna vez te has dado cuenta de que normalmente es la gente pobre la que juega a la lotería? Se piensan que su prosperidad depende de la suerte.

Obviamente todo el mundo quiere que le toque la lotería, e incluso la gente rica de vez en cuando juega para divertirse. Pero, en primer lugar, no se gastan la mitad de su salario en apuestas, y en segundo lugar, ganar la lotería no es su principal “estrategia” para crear riqueza.

En lugar de responsabilizarse de lo que pasa en sus vidas, la gente pobre se hace la víctima. A menudo, el pensamiento predominante en la mente de una víctima es “pobre de mi.” Y voilà, gracias a la ley de la intención, eso es lo que consiguen: “pobreza.”

Observa que el autor dice hacerse la víctima, no ser víctimas. Nadie nace siendo una víctima. Algunas personas se hacen la víctima porque se creen que les sirve de algo.

¿Cómo puedes saber cuando alguien se está haciendo la víctima? Hay tres pistas obvias para identificarlos. A ver si reconoces a alguien que encaje con la definición.

Conclusión
T. Harv Eker propone una tarea que promete cambiar tu vida. En los próximos siete días, te reta a que no te quejes en absoluto. No sólo en voz alta, sino también en tu cabeza.

Culpar, justificar y quejarse son como aspirinas, pero no hacen más que reducir el estrés. Alivian el estrés del fracaso. Piensa en ello, si una persona no estuviera fracasando en algún aspecto de su vida, ¿necesitaría culpar a alguien o algo, quejarse, o justificarse? Obviamente la respuesta es no.

De ahora en adelante, cuando te oigas culpando a alguien o algo, justificando tu mala suerte o quejándote, detente inmediatamente. Acuérdate de que estás creando tu vida y que en todo momento estás atrayendo o éxito o fracaso.

Ahora estás listo para escuchar uno de los grandes secretos del mundo. ¿Estás listo? Lee esto cuidadosamente: ¡No existe ninguna persona rica que se haga la víctima! Además, ¿quién les escucharía? “Pobre de mi, tengo una rallada en el yate.” A lo que la mayoría contestaría, “¿Y a mi que me importa?”

Mientras tanto, hacerse la víctima tiene sus recompensas. ¿Qué saca la gente al hacerse la víctima? La respuesta es atención. ¿Es importante? Por supuesto, de una u otra forma es para lo que vivimos y la razón por la cual la gente busca la atención es porque han cometido un error crítico, el mismo error que todos hemos cometido: Hemos confundido atención con amor.

Es virtualmente imposible ser realmente feliz y tener éxito cuando estás constantemente buscando llamar la atención. Porque si lo que buscas es atención, estás a merced del resto. Acabas intentando contentar a todo el mundo a cambio de su aprobación. Buscar la atención es también un problema porque puedes acabar haciendo cosas estúpidas (5min mirando cualquier canal de televisión son suficientes para darse cuenta.) Es necesario que desenganches la búsqueda de atención del amor por una serie de razones.

En primer lugar, tendrás más éxito; en segundo lugar, serás más feliz; y en tercer lugar, podrás encontrar el amor “verdadero” en tu vida. Cuando la gente confunde atención y amor, no se aman el uno al otro, sino que “aman lo que la otra persona hace por ellos.” Por lo tanto, la relación se concentra en ellos, no en la otra persona o ambos.

Al desconectar atención de amor, serás libre de amar a la otra persona por lo que es, en lugar de por lo que hace por ti. Es hora de decidir, puedes hacerte la víctima o puedes hacerte rico y prosperar, pero no puedes hacer las dos cosas. Cada vez que culpes, intentes justificar o te quejes, estás degollando tu cuello financiero. Definitivamente se puede utilizar una metáfora más suave, ¡pero espero que la analogía te haga entender lo que te estás haciendo! Cuando alcances la prosperidad económica, podemos ser más amables, ¿qué te parece?

Es hora de retomar tu poder y reconocer que eres tú quien crea todo lo que forma o no parte de tu vida. Date cuenta de que tú creas tu propia prosperidad o falta de ella y todo lo que hay entremedio.

Para leer más:
Se hace la Víctima 1: Culpa
Se hace la Víctima 2: Intenta Justificar
Se hace la Víctima 3: Se queja
Conclusión

Fuente: Los Secretos de la Mente Millonaria de T. Harv Eker

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