21 de septiembre de 2009

¿Disciplina o suerte?

Cuanto más duro trabajo, más suerte tengo. Una persona disciplinada se marca un objetivo, y entonces figura formas productivas de llegar a él.

La gente disciplinada no se deja desviar de su objetivo principal – podrían vivir en un almacén lleno de bebidas alcohólicas sin darse el gusto. Podrían vivir en una pastelería y no ganar peso. O podrían encontrar cientos de oportunidades económicas y entonces seleccionar una o dos que mejor encajen con sus puntos fuertes y las necesidades del mercado.

Si te falta disciplina, las posibilidades de acumular riqueza son muy, muy pequeñas. Es cierto que te puede tocar la lotería 6/49 (1 posibilidad entre 13.983.816), pero es más fácil que te alcance un rayo (1 entre 576.000.)

Una persona con autodisciplina posee un compás interno, un sistema de control de navegación. Autodisciplina quiere decir que que sólo haces cambios en el rumbo o correcciones cuando pueden ayudarte a conseguir tus objetivos.

A pesar de que tengas suerte, no hay garantías. Si a los 25 ganas €5 millones en la lotería, ¿aún serás millonario a los 65? Hace falta algo más que suerte para seguir siéndolo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario